El negocio del e-commerce, que hace apenas un año parecía imparable, atraviesa un bache inesperado. Las nuevas reglas para los llamados “ minimis ” —los pequeños paquetes que podían cruzar la frontera entre México y Estados Unidos sin pagar impuestos— han alterado los cimientos de un sector que crecía al ritmo de la economía digital. Hasta hace poco, el esquema permitía ingresar productos con un valor de hasta 800 dólares sin pago de aranceles ni trámites aduaneros profundos. Fue una fórmula que impulsó el comercio transfronterizo y que se convirtió en el motor silencioso del auge logístico pospandemia. Hoy, sin embargo, las reglas han cambiado y el impacto se siente en todos los eslabones de la cadena.
Del crecimiento acelerado al compás de espera Una política que favorece la recaudación pero no la inversión